miércoles, 4 de enero de 2012

LAS MINAS

Narra la tradición qué el nombre de Hornachos deriva de los hornos (del latín fornus) que en la antigüedad eran utilizados para la fundición de metales, como la galena argentífera, explotados en las numerosas minas de la zona.
Al parecer existieron hornos de fundición de metales en algunos puntos de la Sierra, al servicio de las explotaciones mineras que en ese ámbito se mantuvieron, desde época posiblemente prehistórica, hasta finales del siglo XIX, pero especialmente activas durante la época romana y árabe.
En el paraje del Cerro de las Cruces, y la Matilla, existieron minas, con cuyos desechos llegó a formarse un enorme promontorio en el lugar llamado el Escarial, en las proximidades a la población. La explotación de los ricos filones de plata, cuyo recuerdo quedó en el topónimo de alguna calle de la localidad, ocupó ya a los romanos y árabes, habiendo estado más modernamente en manos de ingleses, llegándose a ocupar en su trabajo en ciertos momentos más de doscientas familias, hasta la clausura de las explotaciones a finales de la centuria pasada.
Los moriscos de Hornachos se dedicaban fundamentalmente a la agricultura, arboricultura y ganadería, así como a la explotación de minas: la Afortunada en la Sierra de Pinos y la Descuidada en el sitio o lugar de Trasierra. A día de hoy aún podemos observar en ambas las ruinas que constituían todo el yacimiento, cómo el edificio de la sala de máquinas, la casa de los obreros, el lavadero del mineral, los talleres, las entradas a la mina, entre otros. Minerales principales cuarzo, calcita y dolomita.

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